Y pensar que de donde vengo es el vacío y donde voy es la inconsciencia

miércoles, 12 de mayo de 2010

Nésfer: Zoe 2

Esta vez he tardado un pelín más por lo del viaje a Barcelona. Pero aquí está el siguiente capítulo.
No aseguro la continuidad semanal en esta época tan agradable de exámenes, pero se hará lo que se pueda.
El hecho es que para descansar de estudiar siempr está bien escribir, pero cuando tienes toneladas de cosas para leer tan chulas como las que tengo ahora, me tira más la lectura que la escritura.
En fin, no me enrrollo más, qué pesada. Siguiente episodios de Zoe

Zoe 2




El primer zigoto no salió bien. Ya desde la mórula resultó deforme. Los siguientes nacieron en todas partes, por todo el mundo. Todos los países querían tener su propio hijo. Cuando conseguimos que un feto sano se desarrollara en la cubeta, nos dimos cuenta de que la síntesis del cromosoma Y era casi inviable. Entonces yo tenía 27 años.

Los hombres que habían quedado después del ataque eran, sin excepción, mayores de 55. Esos bichos nos habían hecho bien la puñeta. Nadie tuvo hijos los primeros años, las hambrunas después del ataque hacían de ello una actividad peligrosa. Ataques entre países por el nerviosismo de la pobreza, guerras bacteriológicas y tráfico de órganos masculinos debido a la ausencia de donantes acabaron con la posibilidad de encontrar un mísero espermatozoide. Y el dinero de los estados se desviaba para la investigación.

Nos quedamos sin hombres fértiles.

Las mujeres empezaron a pagar para tener hijas. Pues sólo nacían niñas. Y nos conformamos.

Fue un poco más tarde cuando consiguieron desarrollar una copia del cromosoma Y. Las grandes ricachonas pagaban fortunas por tener un barón en su vientre. Pero la copia no era exacta y nacían estériles.

Más tarde dejamos de ser prácticos y comenzamos a hacer filigranas con la ciencia. “Señora.” Rezaba un cartel en mitad de la vía principal. “¿quiere usted elegir el color de ojos de su hijo? ¿El de pelo o el de piel? Pues por un suplemento moderado le dejamos escoger.”Atroz.

Miles de genes destinados a los ojos azules se implantaban en el lugar del color del pelo. Los cigotos, todos procedentes de óvulos, llevaban dentro de sí una mezcla explosiva de bases nitrogenadas, descolocadas pero en perfecto orden. Era una locura. Ni una niña gorda, ni un niño feo. Cabellos azules, verdes… y más allá: ojos de serpiente, con visión de búho… Verdaderas atrocidades como piernas largas como jirafas o pies versátiles de chimpancé. Gracias a Dios, había cosas que las autoridades no permitían, por ser inmorales; muchas veces temí encontrarme una niña por la calle con seis senos o un chico con labios de oso hormiguero.

Entonces me enteré de que pretendían hacer una nave espacial, con todo el equipamiento necesario para ir a buscar a los varones, o simplemente a los nésferos para darles su merecido. Entrené duro, aunque ya de por sí siempre estuve en forma. Y tras un par de años de duro trabajo conseguí ingresar en la tripulación, pero no solo eso: sería la capitana.

En la Hurbia embarcaron miles de científicas, técnicas especializadas, equipos de seguridad con pistolas de Mt, un hombre y cuatro chicas de 16 años entrenadas para
matar.

Llevo navegando por el espacio 2 años, y ya hemos encontrado evidencias de la situación del planeta. Nuestra misión es encontrarlo, acercarnos, estudiarlo y llevar la información a la tierra. Últimamente nuestra misión es prioritaria, pues los zigotos masculinos están saliendo mal, no se localiza el problema, pero lo hay. Y las mujeres con dinero quieren hijos.

Nos hemos ido encontrando a algún nésfer por el camino. Viajan por el espacio en forma de lo que se podría denominar espora. Suspenden la mayoría de sus funciones vitales hasta que topan con algo. Y lo que encuentran lo destruyen. Nos han atacado y han entrado en la nave, es entonces cuando las chicas entran en acción, me encanta verlas machacar esas cosas azules.

Antes eran grupos reducidos, pero fueron aumentando según nos aproximábamos al planeta. Supongo que porque están menos dispersos en las proximidades. Pero últimamente el número ha disminuido. Es desconcertante, pero a la vez tranquilizador. Un poco de paz por fin.

El agua se me ha quedado fría. Tendría que haber dado orden de mantenerla caliente. Mucha inteligencia artificial, pero de inteligentes no tienen nada. Salgo y me seco. Miro la hora: las 22:30, supuestamente, por que el sol quedó ya muy lejos. Creo que me voy a dormir.

Me meto en la cama con el pelo mojado y me tapo hasta el cuello. Mis noches suelen ser cortas, así que mañana sobre las 6 de la mañana estaré haciendo pesas. Seguro que me encuentro a Ellera en el gimnasio, siempre me la encuentro.

Cierro los ojos y pienso en lo que me rodea, me ayuda a relajarme. Primero mi habitación, lujosa pero desordenada. Después el pasillo, allí seguro que sigue fluyendo un rio de gente haciendo cosas, los del turno de noche deben de estar despertando ya. Más allá la sala de máquinas, pulcra, blanca y silenciosa, pero siempre en movimiento. Y más tarde; pasando por la gruesa corteza de la Hurbia, la capa protectora de rallos UV, la aislante de temperatura y la resistente a impactos; el espacio. A pesar de tantas capas los nésfer atraviesan la corteza de la nave a su antojo.

Mi sentimiento para con el espacio…fascinante, sólo consigo pensar en esa palabra cuando llega a mi mente lo infinito y misterioso del espacio. Y pensando en lo más vacío y más lleno a la vez dejo que mi mente se valla nublando hasta entrar en un sueño inquieto y corto, como siempre.

1 comentario:

  1. este me flipa, eso si, mi consejo es leerlo justo despues del primero porque sino se nota un pequeño corte en la historia.
    Me gusta mucho la historia principal, a ver como la continuas ;D.

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